Ciudad Juárez (México), (EFE).- Al menos 26 personas fueron asesinadas en ciudades del norte de México en las últimas horas, trece de ellas entre la madrugada y la mañana de este lunes, en acciones atribuidas al crimen organizado.
La región más violenta en esta nueva oleada fue el estado de Chihuahua, donde tuvieron lugar 21 asesinatos, ocho de los cuales se dieron en la pasada madrugada en el centro nocturno "Seven Seven", en Ciudad Juárez, localidad fronteriza con El Paso (Texas, Estados Unidos) y considerada desde 2008 la más violenta del país.
Hacia esta urbe de un millón de habitantes han sido desplazados alrededor de ocho mil soldados y agentes federales para frenar la violencia en la zona, donde el cartel de Juárez enfrenta al de Sinaloa para mantener el control, lo que ha desatado una guerra que en 2008 se cobró la vida de 1.600 personas.
Al bar "Seven Seven" entró un grupo de hombres armados y abrió fuego contra los presentes. El ataque dejó un saldo de ocho muertos y varias personas heridas, las cuales fueron trasladadas a hospitales cercanos.
A este crimen se suma el homicidio de seis personas el día de ayer en Práxedis G. Guerrero, municipio aledaño a Ciudad Juárez, que fue escenario además de otros dos asesinatos en plena vía pública.
Las autoridades no descartan que los agresores fueran los mismos en ambos casos y que los homicidios estuvieran relacionados con el crimen organizado.
Los restantes asesinatos ocurrieron la tarde del domingo en Ciudad Juárez, en tiroteos entre bandas rivales.
Hasta ahora no se han revelado las identidades de las víctimas en las dos localidades de Chihuahua, el estado más grande del país.
En tanto, en Monterrey, capital del estado de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos, cuatro personas murieron y tres resultaron heridas en un enfrentamiento a tiros y con granadas entre sicarios y militares, registrado hoy por espacio de tres horas.
El choque, que despertó el pánico entre la población y llevó a las autoridades a pedir a los vecinos de la zona que se quedaran en casa, ocurrió en el municipio de San Nicolás, en la colonia (barrio) residencial Los Laureles.
Una fuente militar que participó en el operativo dijo que el intercambio de disparos se produjo a raíz de que los soldados detectaron a varios hombres armados en una camioneta blindada y comenzaron a perseguirlos.
Los pistoleros se refugiaron en dos casas que fueron rodeadas por los efectivos castrenses, apoyados por policías federales y agentes de la Policía Ministerial (judicial) de Nuevo León.
Una hora y cuarto después se escuchó la explosión de una granada en uno de los domicilios y se observó una columna de humo que se prolongó por varios minutos.
Posteriormente, los sicarios huyeron por los techos de las viviendas y su rastro fue seguido otra vez por las fuerzas del orden, que se enfrentaron de nuevo con ellos en plena calle.
El saldo del enfrentamiento fue de cuatro sicarios muertos, al parecer a causa de la detonación, tres soldados heridos y cuatro pistoleros detenidos.
Las autoridades investigan si los asesinos a sueldo son los mismos que horas antes atacaron a tiros a un hombre y una mujer que iban en un vehículo por el municipio de Escobedo, también en la zona metropolitana de Monterrey.
Como consecuencia de ese ataque resultó muerta la mujer, de complexión robusta y de entre 35 y 40 años de edad, y su acompañante quedó lesionado de gravedad. El herido fue identificado como Mario Estrada y fue trasladado por personal de la Cruz Roja a un hospital cercano.
La zona metropolitana de Monterrey es disputada por carteles del narcotráfico para la venta y el traslado de droga a Estados Unidos, así como para el lavado de dinero de esos grupos.
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