martes, 4 de agosto de 2009

MINUSTAH afirma seguridad en Haití "está absolutamente bajo control"


NACIONES UNIDAS
.- El responsable militar de la Misión de Estabilización de la ONU para Haití (MINUSTAH), el general brasileño Floriano Peixoto Vieira Neto, aseguró hoy que la seguridad en el país "está absolutamente bajo control", pero todavía no se vislumbra cuándo los "cascos azules" podrán regresar a sus países.

El militar resaltó, durante una entrevista con Efe, que la relativa tranquilidad que reina en la nación antillana es "frágil" y puede "cambiar muy rápido" debido a la miseria en la que vive la inmensa mayoría de los habitantes del país más pobre del continente americano.

"Siempre hay cierta agitación, es una olla de agua hirviendo que puede desbordarse, por eso debe mantenerse un alto nivel de vigilancia y de patrullas, que aseguren que la situación sigue estable", dijo Peixoto, quien está en la sede de Naciones Unidas para participar en una reunión de responsables militares de misiones de paz del organismo mundial.

El general brasileño, de 55 años, sustituyó el pasado marzo a su compatriota Carlos Alberto Dos Santos Cruz en el mando de la fuerza militar que desde hace cinco años se encarga de mantener la seguridad en la nación antillana.

Peixoto, que formó parte del primer contingente brasileño en llegar a Haití en 2004, reconoció sentirse sorprendido por la práctica desaparición desde entonces de la violencia de las calles haitianas.

"Comparado con 2004, es un cambio radical. Hoy en Haití se puede caminar tranquilamente. Hay delitos, pero como en toda gran ciudad. Cualquiera que llegue ahora se da cuenta que es un país pobre, pero no que haya una crisis de seguridad", subrayó.

En particular destacó el ambiente pacífico que rodeó a la celebración de las recientes elecciones legislativas, que algunos calificaron como los comicios haitianos más tranquilos de los últimos 20 años.

"No hay que mejorar las condiciones de seguridad, lo que tiene que mejorar son las condiciones socioeconómicas. Pero es difícil por el estado de miseria en que se encuentra el país", insistió.

Peixoto señaló como un ejemplo de la fragilidad de la seguridad los incidentes violentos que rodearon el pasado 16 de junio los funerales en Puerto Príncipe de un popular sacerdote partidario del ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, en los que falleció una persona como resultado de impactos de bala.

"Es un ejemplo de que en una situación tranquila y pacífica se produce un desencuentro entre los haitianos, y acaba con una muerte", observó el general brasileño.

Algunas voces responsabilizaban a militares del contingente brasileño de la muerte, pero Peixoto resaltó que tres investigaciones separadas de los incidentes han demostrado que los "cascos azules" no efectuaron el disparo fatal.

Incidentes como estos y la debilidad de las fuerzas de seguridad haitianas auguran una prolongación de la presencia militar y policial de la comunidad internacional en el empobrecido país caribeño, advirtió.

"Si nosotros no estuviéramos allí ¿quién haría nuestro trabajo? No existen las condiciones, ni los indicadores, que apunten a que las efectivos de Naciones Unidas pueden ser sustituidas por los cuerpos locales", dijo el general, que se declaró "convencido absolutamente como jefe de la misión de que no se dan las condiciones para concluirla".

MINUSTAH fue creada en 2004 por el Consejo de Seguridad de la ONU para restaurar el orden después del violento derrocamiento y salida del país de Aristide.

La misión cuenta con un contingente militar de 7.060 miembros y otro policial de 2.091, en los que participan varios países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, así como España, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos, entre otros de todos los continentes.

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