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(París, dpa) - "Fue como una descarga "eléctrica", resume la niña de 12 años Bahiya Bakari el momento en el que el avión yemení cayó al océano Öndico.
Apenas es concebible lo que ha tenido que pasar la muchacha, la única superviviente de las 153 personas que iban a bordo del avión siniestrado. En la mañana (local) de hoy llegó a París y fue trasladada directamente a un hospital. Desde su milagroso rescate ha conversado en varias ocasiones con su padre y con su tía en París, a los que les ha relatado detalles del drama que ha vivido. No sabe bien cómo salió del avión, pero lo más probable es que fuera despedida cuando la máquina se rompió. Luego pasó más de diez horas en el agua. "A ratos tenía frío y calor. Mis piernas quemaban y tenía sed", contó a su tía, según informa hoy el diario "Le Parisien". Los pasajeros sabían que el avión estaba en peligro. Se les instó a colocarse sus chalecos salvavidas, dijo. Y ese chaleco salvó a Bahiya, pues no sabe nadar. En el mar se aferró a los restos del avión. Al principio dijo que escuchó a otros supervivientes cerca, luego probablemente fueron arrastrados por las olas o se hundieron. En varias ocasiones se quedó inconsciente. Cuando se hizo de día, Bahiya estaba en sola en medio del mar. Un barco pesquero de las Comores la vio y la rescató. Estaba consciente y pidió agua. Tan sólo más tarde, cuando ya estaba en el hospital de la capital comorense Moroni, fue consciente de que había perdido a su madre. "Sé que mamá no está en la habitación de al lado, de lo contrario ya hubiese venido a verme", dijo la pequeña a su tía por teléfono. "Tengo claro lo que ha pasado", añadió. Sorprendentemente la propia Bahiya tiene heridas de menor entidad, en términos comparativos, se ha roto la clavícula, tiene una quemadura en la rodilla y sufre congelación en los dedos de los pies. Los próximos días estará aislada de los medios en un hospital de París. Las pequeña iba a celebrar estas vacaciones su decimotercer cumpleaños en el país natal de sus padres. Vive modestamente con sus tres hermanos pequeños en un suburbio de París. Su padre Kassim Bakari (de 39 años) trabaja para un empresa de limpieza. Bahiya ha sido descrita como una muchacha tímida, amable y buena estudiante. "Le prepararemos una sorpresa para su cumpleaños, pero no será ninguna fiesta, puesto que todos estamos de duelo", dijo su tía. Kassim Bakari acudió al aeropuerto a recibir a su hija. "Estoy dividido entre el alivio por que ella ha sobrevivido y el dolor por la muerte de mi esposa", dijo. Bahiya es la única de los 66 franceses que viajaban en el avión cuyo destino encuentra un espacio en los medios franceses. El resto de víctimas, en su mayoría de ascendencia africana, tienen un papel menor. Hace un mes, tras el siniestro del avión de Air France que viajaba de Río a París, los diarios dedicaron numeras páginas a informar de los franceses que murieron en el accidente. |
jueves, 2 de julio de 2009
Niña superviviente de avión: "Fue como una descarga"
Publicado por FERNELIS en 13:04
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