URUMQI, China- AFP. La ciudad de Urumqi parecía volver a la normalidad bajo el patrullaje de tropas antidisturbios y advertencias de las autoridades chinas sobre "severos" castigos a los responsables de la violencia interétnica en la capital de Xinjiang (noroeste de China).
El presidente chino, Hu Jintao, que regresó precipitadamente al país luego de anular su participación en la cumbre del G8, de los países más industrializados, y del G5, de las grandes naciones emergentes, que se lleva a cabo en Italia, se reunió este jueves en Pekín con el Buró Político del Partido Comunista Chino.
Tras el encuentro, la más alta instancia dirigente del país emitió un comunicado prometiendo un "severo castigo" a los responsables de los disturbios étnicos que opone a hanes, etnia mayoritaria china, y uigures, principal minoría de Xinjiang, desde el domingo y que dejaron ese día oficialmente 156 muertos en Urumqi.
La estabilidad en Xinjiang "es la tarea más importante y acuciante", indicó un comunicado difundido tras la reunión, citado el jueves por China Nueva.
En Urumqi, los militares y policías antidisturbios eran menos numerosos, pero continuaban sin embargo separando físicamente los barrios de hanes de los sectores uigures, musulmanes de lengua turca que constituyen la principal minoría de esta región del noroeste del país.
Las violencias étnicas enfrentaron a estas dos comunidades los últimos cuatro días. El domingo por la noche, los hanes fueron el objetivo de los uigures.
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